Escoger un vestido de novia

Escoger un vestido de novia

¿Cuál es tu vestido de novia ideal?

Cuando sabes que te vas a casar hay 2 cosas fundamentales por las que te tienes que decidir para seguir por el buen camino: la primera es el espacio, el lugar de tus sueños donde quieres darte el “Sí, quiero”; y la segunda es el vestido de novia.

¡Decisiones que marcan la línea a seguir a lo largo de la boda!

Parece mentira que un fragmento de tela pueda ser tan relevante, pero lo cierto es que en función del estilo de ese vestido: si es romántico, moderno, discreto, pretencioso… marcará la línea de estilo de toda la boda, de la decoración, de los detalles de las mesas, etc.

Una de las cosas que más ilusión te hacen al principio es probarte vestidos de novia. Es un momento muy dulce pues eliges ir con aquella o aquellas personas en las que confías plenamente para que te den su opinión: tu madre, tu mejor amiga, tu hermana…

¡La primera vez que te visten de blanco!

En el instante en que te visten por primera vez de blanco y ves tu silueta reflejada en los diferentes espejos de la sala, expuesta en el centro en un pequeño altar con una cola larga deslizándose por sus laterales… es el momento en que realmente te das cuenta de que lo vas a hacer,
¡te vas a casar!
En ese preciso momento se dibuja una sonrisa en tu rostro y te embarga una sensación indescriptible que recorre todo tu cuerpo.

Puedes ir con los deberes hechos o no, haberte mirado todos los vestidos que te gustan de las firmas que te encajan o no. Pero cuando llegues allí verás que las cosas cambian, y que lo que te imaginabas que era perfecto cuando te lo pruebas no te queda igual. O por el contrario, aquel vestido que decías “no está mal” te sienta “como anillo al dedo” (nunca mejor dicho).

Allí donde vayas te asesorarán acerca de los tipos de modelos de cuerpos y de lo que le sienta bien al tuyo. Y una cosa es que adores un vestido sirena, por ejemplo, y otra muy diferente es que realce tu expresión y tu figura. Con ello no hay que desilusionarse en absoluto porque hay un traje para cada novia. Y en el momento en que te pruebes “tu vestido” lo sabrás, no podrás evitar esconder tu sonrisa mientras lo lleves puesto.

Por ello, tan solo os queremos dar algunos consejos para que cuando veáis todas las opciones que os gustan sepáis escoger aquello que va acorde con lo que queréis pero también con lo que necesitáis.

Lógicamente el tipo de vestido de novia se debe escoger en base a la temporada del año (verano o invierno) y al tipo de emplazamiento en el que se llevará a cabo, dependiendo de si es al aire libre o no. El aire libre junto con el verano permiten vestidos más ligeros y más variados en forma. Mientras que por el contrario, el invierno o lugares cerrados enlazan más con vestidos de capas, más pesados y rígidos (limitados en forma).

Así, si buscamos vestidos ligeros y vaporosos que permitan multitud de formas y volantes, debemos decantarnos por, de menor a mayor grado de rigidez, bambula, gasa, muselina, organza y tul.

Si lo que buscamos son vestidos que realcen la figura y se ajusten a ella, debemos decantarnos por, de menor a mayor grado de luminosidad, crepe, dupión y satén. Hay que tener en cuenta que el dupión tiende más a arrugarse.

Si lo que buscamos son vestidos más consistentes y rígidos (telas gruesas), que permiten una gran voluminosidad en forma, debemos decantarnos por chantung, mikado, otomán, piqué y raso. Son telas que tienden menos a arrugarse.

Y si lo que buscamos son vestidos más trabajados y detallados debemos decantarnos por brocado, chantilly, encaje y guipur. Generalmente son tejidos gruesos de peso medio, con motivos florales y tienden a arrugarse un poco más.

Espero que con estos consejos tengáis algunos conceptos para poderos decidir mejor por el vestido de novia de vuestros sueños.
Os dejamos algunas firmas de vestidos de novias donde seguro podréis encontrarlo.

¡Hasta el próximo post!


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